Querido Mou

Imagen tomada de LaRepublica.pe

Estimado José Mourinho, me llamo Francisco Rodríguez Criado. Soy un ignoto escritor de provincias que hoy hace uso de su pluma en esta humilde columna para manifestarle mi más profunda admiración, renovada, por cierto, tras el desplante que días atrás sufrió usted –con gran placer, intuyo– por parte de los periodistas deportivos. En un país como este, donde se habla tanto para decir tan poco, es digno de elogio que consiga provocar el enfado de un grupo de periodistas solo porque se haya negado a hablar.

Yo entendería un desplante similar para frenar la mala costumbre de los políticos que rechazan responder preguntas en ruedas de prensa. Eso, que sería un gesto de entereza profesional ante un asunto serio, no sucede nunca, y sin embargo basta que usted haga huelga de labios caídos en un asunto menor (el fútbol) para que los periodistas convocados abandonen la sala de prensa. ¿Existe mayor culto a la personalidad que la pataleta porque el gran líder se niegue a decir esta boca es mía? Además, teniendo en cuenta que usted solo habla para quejarse de los periodistas, de los árbitros, de que sus equipos siempre terminan con diez jugadores o de su soledad institucional ante el peligro, ¿qué sentido tiene montar una rabieta por no poder escuchar más de lo mismo? 

Querido Mou –perdone la confianza–, es usted mi ídolo. Ha revolucionado el fútbol español sin ganar un solo título en este país, tiene a la prensa jodida pero feliz y al mismo tiempo improvisa una tragicomedia cada semana ante un público masoquista que no escarmienta. Si algún día coincidimos, recuérdeme que le pida un autógrafo. 

Suyo, FRC.

Francisco Rodríguez Criado

(Artículo publicado en la contraportada de El Periódico Extremadura el 20 de abril de 2011).

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