Mulá Nasrudín. Fuente de la imagen en Internet |
CUENTO UZBECO
Érase una vez un mulá, o sea, un sacerdote
musulmán, que se llamaba Nasreddín. El mulá vivía en la antigua ciudad uzbeca
de Bujará y tenía un asno. Un día, un vecino llamó a su puerta y Nasreddín salió
a la puerta del jardín. El vecino dijo al mulá:
–Déjame tu asno, mulá, teno que transportar
la mercancía a Jiva.
“Jiva está lejos, hay que atraversar el
desierto –pensó el mulá–, y no tengo ganas de dejarle el burro a este vecino”. Pero
para no parecer mal educado, contestó:
–Te prestaría mi asno con agrado, pero
desgraciadamente no es posible porque se lo he dejado a otro.
En ese preciso momento, se oyó desde el
establo el rebuzno de un asno.
–¡Qué curioso, si se oye un asno que brama!
–comentó el vecino.
–¿A quién crees, al asno o a tu mulá?
Fuente del texto: La noche de Valia, de
Monika Zgustova, Destino, 2012, página 227.
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