Isaac Babel. Fuente de la imagen |
“El 15 de mayo de 1939, Isaac Bábel, un escritor cuya celebridad le había ganado el privilegio de una dacha en el campo, fue arrestado en Peredelkino e internado en la prisión moscovita de Lubyanka, sede de la policía secreta. Sus escritos fueron confiscados y destruidos –entre ellos textos a medio terminar, obras de teatro, guiones cinematográficos y traducciones. Seis meses después, al cabo de tres días y noches de inmisericordes interrogatorios, se declaró culpable de un falso cargo de espionaje. Al año siguiente fue sometido a un breve juicio clandestino en las últimas horas del 26 de junio. Bábel se retractó de su confesión inicial y clamó su inocencia y, a las 01:40 de la madrugada siguiente, fue ejecutado sumariamente por un pelotón de fusilamiento. Su última súplica no fue en su beneficio, sino por el poder y la verdad de la literatura: ‘¡Permítaseme terminar mi trabajo!”.
“¿Cómo no pensar en la muerte cuando se lee a Bábel? Ella huele a vómito, a orina, a mierda. Aunque tales fluidos son descritos como luminiscencias en medio de una realidad atroz. La muerte en Caballería Roja posee la exuberancia de esas frutas que se deben morder ya porque si no se llenan de gusanos. Y es que la protagonista en estas historias de cosacos asesinos y polacos y judíos aniquilados no es más que la hormigueante humanidad de siempre que palpita entre la noche de la guerra y el alba que se atisba pasadas las tinieblas”.Pablo Montoya
PRISCHEPA
Isaac E. Bábel (Ucrania, 1894-1940)
Me dirigía a Léchniuv, en donde se había
instalado el estado mayor de la división. Mi compañero de viaje continuaba
siendo Prischepa, joven kubanés, pícaro incansable, depurado
comunista, futuro trapero, despreocupado, sifilítico y tardo mentiroso. Llevaba
un caftán circasiano carmesí confeccionado con paño fino, y un capuchón
aboatado caído sobre la espalda. Por el camino me contó su vida...
Hace un año, Prischepa huyó de los blancos.
Como represalia, éstos tomaron como rehenes a los padres del joven y los
fusilaron en la sección de contraespionaje. Los vecinos saquearon los bienes de
la casa. Al ser expulsados los blancos del Kubán, Prischepa volvió a su aldea
natal.
Ocurrió por la mañana, al amanecer, cuando
el sueñito del mujik suspira bajo el agriado bochorno. Prischepa
enganchó un carro oficial y fue por el pueblo recogiendo su gramófono, sus
tinas de kvas y las toallas bordadas por su madre. Se echó a la calle
con abrigo negro y un puñal curvo en el cinto; el carro iba rodando detrás.
Prischepa fue de un vecino a otro, y la huella sangrienta de sus plantas iba
dejando un rastro tras él. En las casas donde el cosaco encontraba objetos de su
madre o la pipa de su padre, dejaba viejas apuñaladas, perros colgados sobre el
pozo, iconos emporcados con excrementos de animales. Fumando sus pipas, los
aldeanos seguían sombríamente, con los ojos, el camino de Prischepa. Los
cosacos jóvenes se dispersaron por la estepa y llevaron la cuenta de las
víctimas. Esta cuenta iba creciendo, el pueblo callaba. Cuando hubo terminado,
Prischepa volvió a la vacía casa de sus padres. Colocó los recuperados muebles
en el orden que recordaba de su infancia y mandó por vodka. Encerrado en la
casa, estuvo dos días bebiendo, cantando, llorando y dando sablazos sobre la
mesa.
La tercera noche, el pueblo vio humo sobre
la isba de Prischepa. Chamuscado, con la ropa desgarrada, Prischepa salió
tambaleándose, sacó una vaca del establo, le puso el revólver en la boca y
disparó. La tierra giraba bajo sus pies, un círculo de azuladas llamas salía
volando por las chimeneas y se desvanecía. Un ternero abandonadlo gemía en el
establo. El incendio resplandecía como un domingo. Prischepa desató el caballo,
saltó sobre la silla, arrojó al fuego un mechón de sus cabellos y desapareció.
Caballería roja, (1926), trad.
José Laín Entralgo, Barcelona, Bruguera, 1982, págs. 93-94
–––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
Nota: narrativabreve.com es un blog sin ánimo de lucro que trabaja como espacio de creación y redifusor de textos literarios, y en señal de buena voluntad indica siempre -que es posible- la fuente de los textos y las imágenes publicados. En cualquier caso, si algún autor o editor quisiera renunciar a la difusión de textos suyos que han sido publicados en este blog, no tiene más que comunicarlo en la siguiente dirección: ciconia1@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
narrativabreve.com agradece tus comentarios.
Nota: el administrador de este blog revisará cada comentario antes de publicarlo para confirmar que no se trata de spam o de publicidad encubierta. Cualquier lector tiene derecho a opinar en libertad, pero narrativabreve.com no publicará comentarios que incluyan insultos.