Niños en la escuela. Fuente de la imagen |
En una de esas travesías que, sin rumbo fijo, suelo hacer por la Red me encontré con el texto que hoy recomiendo y, como me pareció interesante y digno de ser incluido en esta sección, me puse en contacto con el autor, Luis Morales, que se define en su blog como “filólogo, camarógrafo, realizador, fotógrafo, diseñador gráfico pantagruélico, viajero, cuatrero antipoético y perspicaz, admirador de los hombres-orquesta”.
Esta fue su rápida y amable contestación.
(Miguel Díez R.).
"Para mí
es un placer que un texto como el que nos ocupa haya llegado a los demás, y que
lo haya hecho de este modo, encontrado en este inmenso espacio que es Internet,
como un mensaje escrito en una botella que alguien, en este caso tú, al
recogerlo y leerlo activamente, lo conviertes en una sensación doblemente
placentera. Se trata de un texto que fabriqué para la presentación de la
antología de relatos Al otro lado del espejo (Narrando contracorriente),
de Ediciones Escalera, un texto que tiene además mucho de autobiográfico y
emocional, ya que la participación en la elaboración de aquel libro supuso un
paso más en mi acercamiento personal hacia la literatura: tener 49 relatos en
mis manos, poder tomarlos con la plena, total libertad otorgada por Ediciones
Escalera para este trabajo, maquetarlos con más cuidado incluso que cualquier
editor, cuidarlos, adecentarlos, haciéndolo tal y como me gustaría que otros
hicieran conmigo, es una de esas cosas que raramente suceden en el mundo
editorial. En otras palabras, la culminación de un viaje que había comenzado
muchos años antes, cuando todavía me limitaba a arrancar las páginas... un viaje,
el de la lectura, que siempre me ha gustado difundir (y defender) ante los
demás, especialmente ante los jóvenes, como uno de los más preciados tesoros
que nos permite nuestra existencia. Un tesoro que no deberíamos desaprovechar.
Ahora toca seguir viajando, seguir abriendo etapas, seguir leyendo...
He estado viendo tanto el
blog NarrativaBreve.com como tu sección, Cuentos BrevesRecomendados, y solamente puedo daros mi enhorabuena, por demostrar que el
mundo de las bitácoras sirve para algo más que para hablar de huecas y efímeras
tendencias de moda, o de recetas de cocina. Con proyectos como el vuestro la
cultura se reivindica en la Red. Buena suerte.
Un fuerte abrazo y gracias
por darme estas gotas de alegría. Por abrir la botella. Y por querer difundir
su mensaje de una manera tan delicada y rigurosa".
EL LIBRO ESPEJO
Luis Morales (España, 1975)
Primero
arrancábamos las páginas, jugábamos a dispersar el conocimiento, hacíamos bolas
de papel que lanzábamos alegres y poderosos al suelo igual que pequeños dioses
al principio de la creación, o separábamos siempre las cubiertas de nuestros
iniciáticos (y acaso más bellos) cuentos, aquellos en los que Alí Babá se
resumía en el "ábrete sésamo" y Caperucita Roja era toda ojos y toda
dientes de lobo malo.
Más
tarde empezamos a fijarnos en las imágenes y descubrimos que el universo podía
ser icónico, colorista, cromático, gigantesco. Llamamos a la puerta de los
castillos y subimos por el tallo de las habichuelas, nos pusimos las botas y
tocamos la luna.
Poco
a poco, letra a letra, fuimos conociendo el significado de aquellos regueros
extraños que mamá señalaba en los libros mientras nos contaba historias
mágicas. Algo hizo clic. Nos transformamos en mariposas, con autonomía para
volar. Poco a poco, letra a letra, tomamos el control de nuestros pasos. Nos
esperaba un nuevo mundo. Habíamos aprendido a leer.
Recordamos
haber utilizado largas tardes de verano buscando tesoros, atravesando selvas,
descubriendo el océano o el centro de la tierra. Recordamos haber conocido la
alegría y el odio y el amor y el humor y el miedo. De haberlos reconocido en
esa pila de páginas reflectantes. Sentados frente al libro que nos leía por
dentro.
Cuando
llegó el tiempo de las preguntas, encontramos nuestros propios guardianes entre
el centeno y nuestros budas y nuestros lobos esteparios. También (por suerte o
infortunio) nos impusieron algún clásico. Para muchos no fue del todo
llevadero. Las mariposas a veces se desorientan ante el exceso de estímulos
externos.
Pero
lo más curioso es que algunos de nosotros empezamos a recorrer el camino inverso.
Mirábamos el espejo, las páginas escritas, con aire interrogador, y las
doblábamos, arañábamos, subrayábamos, buscando algún resquicio que descubriera
la urdimbre, el artificio. Y atravesamos al fin el espejo cuando nos atrevimos
a tomar un papel, un lápiz, un viejo cuaderno, o abrimos un nuevo documento de
Word, y empezamos a escribir, también nosotros, nuevas historias.
Nota: narrativabreve.com es un blog sin ánimo de lucro que trabaja como espacio de creación y redifusor de textos literarios, y en señal de buena voluntad indica siempre -que es posible- la fuente de los textos y las imágenes publicados. En cualquier caso, si algún autor o editor quisiera renunciar a la difusión de textos suyos que han sido publicados en este blog, no tiene más que comunicarlo en la siguiente dirección: ciconia1@gmail.com
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