Amor entre comillas
–Te quiero –me dijiste, mirándome a los ojos.
–Yo a ti también –contesté.
Y bajamos la mirada; a ti te duele tanto mi mentira como a mí me hace daño tu verdad.
–¡No aguanto más! Lavar planchar, la comidita, sin lavadora, sin lavaplatos, sin tiempo para la pelu, sin poder ir de compras, nada más que pendiente de vuestras necesidades y tener contento al personal… ¿Y esto era la felicidad? ¡Machistas! ¡Venga, hombre, ahí os quedáis, que os den morcilla! –exclamó Blancanieves, dando un gran portazo y abandonando la casita.
Manuela Asenjo
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Me han gustado mucho los dos microrelatos de Manuela. ¡menuda imaginación, y de cosas tan cotidianas! Y sobre todo, el de blancanieves, si es que en este caso todas nos sentimos un poquito "la blancanieves del relato de Manuela".
ResponderEliminarEnhorabuena.
Es cierto que la película de Blancanieves, si la hicieran ahora, no llegarían a estrenarla. La protagonista aparece en escena fregando unas escaleras y se gana a los enanitos ofreciéndose para lavar y cocinar... otros tiempos.
ResponderEliminarBuenos "chispazos" Manuela.
Saludos.
Vaya entrada, Manoli.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!