Es digno de estudio sociológico (y psicológico). Desde hace años tengo un blog en la versión digital de El Periódico de Extremadura, del cual soy columnista desde diciembre de 2005. El 12 de noviembre de 2008 publiqué un artículo en mi columna semanal de la contraportada que titulé "El profeta de América", título que adjudiqué a Obama (un poco por juego literario y otro poco porque en cierta manera -imperfecta- lo es). Ese mismo artículo lo subí después al blog del periódico, Ciconia, donde ha estado -como diría mi madre- "muerto de risa".
Pero un día entró un lector y comentó que el profeta de América es cierto personaje latinoamericano -para mí entonces desconocido-, un tal Reinaldo. Desde ese instante no han cesado de dejar mensajes decenas de personas que -prueba de que no me leen en absoluto- me han confundido con el citado Reinaldo. En fin, la gente angustiada no deja de preguntarme por su futuro. (El único futuro que puedo predecir es el mío, que se presenta de lo más negro...). Y como no se toman la molestia de leerme tampoco se enteran de que, ay, ¡yo no soy el profeta de América!
Para leer el artículo y los comentarios: El profeta de América.
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