Salto al vacío. Fuente de la imagen en Internet |
El SALTO
Purificación Claver García
Acabo de llegar a casa después de tu
sepelio. Desde la terraza de este décimo
piso, adivino las magníficas vistas que se contemplan desde aquí. ¡Claro,
también tiene sus inconvenientes para una persona como tú! Recuerdo cuando, lleno
de ira te lanzaste al vacío por una simpleza, una maldita mosca fue el motivo,
así que cuando la vi posada en tu calva,
no resistí la tentación de aniquilarla y
la aplasté con el cenicero. Te pusiste furioso conmigo, en vez de agradecer que
te librara de aquel insecto repugnante, exclamaste que no soportabas tu vida
junto a mí; te lanzaste al vacío sin pensarlo, la suerte te acompañó y un toldo
amortiguó tu caída. ¡Qué recuerdos! Tus
brazos rotos, aquella luxación en la
pierna, la nariz rota. Tenías más vendajes que una momia, sin embargo saliste
de aquel accidente.
Cuando vivíamos en Argüelles también lo intentaste,
menos mal que fue desde un primero y solo te lesionaste una pierna, después fue
en la terraza de mi madre, esta vez solo un chichón “ella”
no iba a darte la razón en aquella
discusión !menuda es.
De recién casados, te lanzabas desde la
ventana de un piso bajo, que alquilamos cerca de la playa, estabas más tiempo
en el patio que dentro de casa.
Desde luego
hemos hecho buenas amistades en el hospital “Éramos como de la
familia”.
Esta vez
no has tenido suerte, o sí según se mire, tu gran pasión (el fútbol) ha
sido el desencadenante. Decidimos ver el
partido en el bar de Curro ¡en qué hora se nos ocurrió! Aquel fanático del equipo ganador se enzarzó contigo, te atosigó tanto que perdiste los nervios como siempre intenté
tranquilizarte sin conseguirlo.
Observé cómo te dirigías a la ventana del
baño, te seguí, advirtiéndote de que estabas
en un piso bajo y no ibas a conseguir tu sueño, desoíste mi consejo y saltaste…
Un estúpido pivote metálico te estaba esperando, ahí se acabaron tus
delirios de suicida y tus saltos.
Todos me han dado el pésame con palabras
consoladoras, el personal de traumatología del hospital no ha faltado a tu
ceremonia. ¡Qué se le va hacer! ¡Por fin lo consiguió! comentaban acongojados. Mientras
yo, entre lágrimas solo acertaba a contestar: Es verdad aún no me lo creo…
Purificación Claver es autora del libro de relatos Partir de cero (Rumor Visual, 2012)
Las moscas son desesperantes pero que te den con un cenicero no se queda corto jeje.
ResponderEliminarun saludo,
Romek