Yo también tuve una novia bisexual, de Guillermo Martínez (Destino, 2012) |
"Parafraseando al atribulado Theodor Adorno, que se preguntaba si se puede escribir poesía después de Auschwitz, me pregunto si se puede escribir una novela de lolitas después de Nabokov".
ESCRIBIR NOVELAS DE LOLITAS
DESPUÉS DE NABOKOV
Parafraseando al atribulado Theodor Adorno,
que se preguntaba si se puede escribir poesía después de Auschwitz, me pregunto
si se puede escribir una novela de lolitas después de Nabokov. Pues se puede,
respondo yo mismo. Guillermo Martínez (Bahía Blanca, Argentina, 1962) lo ha
hecho –sin la ambición del ruso, todo hay que decirlo– en Yo también tuve una novia bisexual
(2012), recién publicada en España por Destino.
Una puntualización: la citada novela no es
exactamente una novela de lolitas
sino más bien una novela con lolita. El
matiz entre cursivas es importante, porque, pese su importancia en la trama, la
historia no está focalizada en la chica joven, atractiva y seductora (triplete
de adjetivos que puede destruir a un hombre), sino en la figura del adulto que
cae en esa red de encantos femeninos: un profesor argentino que se ha
mudado al sur de Estados Unidos para impartir un curso de literatura en
castellano.
El título de la novela, quizá por su
intencionalidad transgresora, puede confundir al lector. Conviene decirlo ya: Yo también tuve una novia bisexual no es
una recopilación de desfogues carnales con los que estimular la imaginación del
lector adolescente, sino un ejercicio de creación que mueve los hilos de una
historia para adultos mientras reflexiona entre bambalinas sobre el quehacer
literario, algo técnicamente posible gracias al recurso de convertir al
protagonista-narrador en profesor de literatura y escritor (frustrado).
Ambientada en agosto de 2011, antesala temporal
de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, Guillermo Martínez traza
un cuadro de costumbres de la América profunda (universitaria pero profunda, a
fin de cuentas) un mes antes de que el honor patrio estadounidense sufra la
peor estocada desde Pearl Harbor.
Si en La
mujer del maestro, Martínez apuesta por una relación turbia entre un alumno,
un profesor y la esposa del primero, y en La
muerte lenta de Luciana B. hace lo propio entre dos escritores y una joven secretaria, podríamos
decir que en Yo también tuve una novia
bisexual el triángulo amoroso se cristaliza entre el profesor, la alumna y
la circunstancia, esa que acaba por
arruinar una relación a todas luces imposible.
En el mundo literario de Guillermo Martínez
los personajes, de clase media-alta, cultos, miembros del círculo vital de la literatura
y de la enseñanza literaria, luchan por escapar de las redes de una vida
aburguesada con objeto dar rienda suelta a sus impulsos más sensuales y acceder
así a las tortuosas aventuras que estos suelen acarrear.
Guillermo Martínez se mueve a sus anchas
escribiendo narraciones de tramas sencillas en las que, la economía del
lenguaje mediante, sus eruditos personajes, amantes de lo prohibido, abrazan la
tensión sexual como excusa para arrojarse sin paracaídas a ese mundo lacerante
–y precisamente por ello tan atractivo– que está fuera de los libros.
Ficha técnica del libro
Título: Yo también tuve una novia bisexual
Autor: Guillermo Martínez
Editorial: Destino
Año de edición: 2012
ISBN: 978-84-233-4585-4
Materia: narrativa latinoamericana
Idioma: Español
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