Blogs, webs, Facebook, Twitter, foros literarios... En mi relación con las redes sociales padezco eso que los psicólogos denominan el doble vínculo: sí pero no, no pero sí... (Últimamente me siento como el gobierno y la oposición. Los dos en uno).
Preguntas del día: ¿no estaremos los escritores desviándonos un poco de la escritura creativa, esa que requiere paz, silencio, sosiego? ¿Estamos en las redes sociales para potenciar nuestros hábitos literarios o por el contrario tenemos hábitos sociales para estar en sociedad -aunque sea cibersociedad, que es más cómoda porque no hay que salir de casa?
Hoy me ha dado por echar cuentas. Creo que si todo el tiempo que he dedicado a este blog -con doloroso placer, por no abandonar el doble vínculo- lo hubiera dedicado a aprender ruso, a estas alturas podría leer Los hermanos Karamazov en versión original.
No me duele, en cualquier caso. Puede que ahora tenga menos tiempo para leer grandes novelones del XIX (que requieren recogimiento propio de monjas de clausura), pero queda el consuelo de haber compartido muchas lecturas con otros lectores agradecidos. Lo cual no es poca cosa.
Además: seguro que el propio Dostoievski, de estar vivo, escribiría "textos-pantalla" y tendría blog, Twitter, Facebook, etcétera. (A saber, entonces, de dónde sacaría el tiempo para jugarse en los casinos de Moscú el dinero que no tenía...).
Esta época es la que es... valga la tautología...
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