Hace algunas semanas los editores del suplemento cultural de La Tribuna de Albacete se pusieron en contacto conmigo para solicitarme un relato inédito. Tras buscar en las entrañas de mi disco duro, les envié "Breve biografía de un bigote", un microrrelato que hasta ese momento solo habían leído dos o tres personas y que ahora comparto con los lectores de este blog .
El microrrelato fue publicado en La Tribuna de Albacete el pasado domingo, 28/11/2010.
BREVE BIOGRAFÍA DE UN BIGOTE
Francisco Rodríguez Criado
Angustiado por el peso de la
culpa, el hombrecillo del bigote renació –en sentido literal– de sus cenizas.
Dispuesto a emprender grandes cambios, empezó por enmendar los errores
del pasado: abortó la orden de hacer matar a su perrita Blondie y anuló su reciente
y apresurado matrimonio, y a continuación abandonó su escondite bajo tierra con
renovado espíritu. Irritado por la visión de aquellas dramáticas escenas de
sangre y destrucción, increpó a los soldados de uno y otro bando y propugnó a
voces la necesidad de acabar cuanto antes con la contienda. Durante su viaje al
pasado, el hombrecillo del bigote empezó a congeniar con quienes no pensaban o
no eran como él, propugnó la igualdad entre todas las personas al margen de su
raza, condenó cualquier tipo de asesinato –en especial los cometidos al dictado
de sus órdenes en su primera vida–, quemó el manuscrito de su venenoso ensayo,
retiró sus vehementes e incendiarios discursos realizados en oscuras
cervecerías, borró su participación en cierto golpe de Estado y se inhibió de
cualquier actividad política.
En definitiva: se afeitó el
bigote.
Llegado a este punto, el
hombrecillo sin bigote (gran amante de la música, la ópera, la arquitectura, la
escultura y, por supuesto, la pintura) camina ahora feliz por las calles de la
Viena de 1907, cargado de lienzos y pinceles, dispuesto a hacer un
trascendental examen de ingreso en la Academia de Bellas Artes.
En un acto de narcisismo, este
joven (creemos recordar que Adolf Hitler es su nombre) piensa que su dedicación
a la pintura marcará un antes y un después en la historia del siglo XX.
Posts relacionados:
Cuando leer microrrelatos es lo más parecido a no leer.
El microrrelato según Javier Marías
Cuando leer microrrelatos es lo más parecido a no leer.
El microrrelato según Javier Marías
Nota: narrativabreve.com es un blog sin ánimo de lucro que trabaja como redifusor de textos literarios, y en señal de buena voluntad indica siempre -que es posible- la fuente de los textos y las imágenes publicados. En cualquier caso, si algún autor o editor quisiera renunciar a la difusión de textos suyos que han sido publicados en este blog, no tiene más que comunicarlo en la siguiente direción: blognarrativa@gmail.com).
Me ha gustado volver a leerlo y aprovecho para darte las gracias directamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Pilar.
ResponderEliminarPor leerlo antes y por leerlo ahora. Y por tu valoración positiva, claro.
Un abrazo
Chachiguays...
ResponderEliminarOjalá muchos otros de su especie, vivos todavía y demasiado “vivos” (Obama, Bush, Blair, Aznar...) tuvieran hoy una experiencia similar y se afeitasen el “bigote”.
Desde luego, el mundo sería más justo y habitable.
No te preocupes, Cordura: he escuchado que se está tramitando una ley para prohibir los bigotes.
ResponderEliminar:-)
Fran
Me encanta este relato. Muy bien, Fran. Lástima que el pasado no se pueda cambiar, pero ha sido bonito imaginarlo a través de tus palabras.
ResponderEliminar