martes, 30 de noviembre de 2010

Microrrelato (inédito) de Francisco Rodríguez Criado: "Breve biografía de un bigote"


Hace algunas semanas los editores del suplemento cultural de La Tribuna de Albacete se pusieron en contacto conmigo para solicitarme un relato inédito. Tras buscar en las entrañas de mi disco duro, les envié "Breve biografía de un bigote", un microrrelato que  hasta ese momento solo habían leído dos o tres personas y que ahora comparto con los lectores de este blog . 
El microrrelato fue publicado en La Tribuna de Albacete el pasado domingo, 28/11/2010. 



BREVE BIOGRAFÍA DE UN BIGOTE
Francisco Rodríguez Criado 


Angustiado por el peso de la culpa, el hombrecillo del bigote renació –en sentido literal– de sus cenizas. Dispuesto a emprender grandes cambios, empezó por enmendar  los errores del pasado: abortó la orden de hacer matar a su perrita Blondie y anuló su reciente y apresurado matrimonio, y a continuación abandonó su escondite bajo tierra con renovado espíritu. Irritado por la visión de aquellas dramáticas escenas de sangre y destrucción, increpó a los soldados de uno y otro bando y propugnó a voces la necesidad de acabar cuanto antes con la contienda. Durante su viaje al pasado, el hombrecillo del bigote empezó a congeniar con quienes no pensaban o no eran como él, propugnó la igualdad entre todas las personas al margen de su raza, condenó cualquier tipo de asesinato –en especial los cometidos al dictado de sus órdenes en su primera vida–, quemó el manuscrito de su venenoso ensayo, retiró sus vehementes e incendiarios discursos realizados en oscuras cervecerías, borró su participación en cierto golpe de Estado y se inhibió de cualquier actividad política.
En definitiva: se afeitó el bigote.
Llegado a este punto, el hombrecillo sin bigote (gran amante de la música, la ópera, la arquitectura, la escultura y, por supuesto, la pintura) camina ahora feliz por las calles de la Viena de 1907, cargado de lienzos y pinceles, dispuesto a hacer un trascendental examen de ingreso en la Academia de Bellas Artes.
En un acto de narcisismo, este joven (creemos recordar que Adolf Hitler es su nombre) piensa que su dedicación a la pintura marcará un antes y un después en la historia del siglo XX.  


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5 comentarios:

  1. Me ha gustado volver a leerlo y aprovecho para darte las gracias directamente.
    Un abrazo.

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  2. Gracias, Pilar.
    Por leerlo antes y por leerlo ahora. Y por tu valoración positiva, claro.

    Un abrazo

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  3. Chachiguays...

    Ojalá muchos otros de su especie, vivos todavía y demasiado “vivos” (Obama, Bush, Blair, Aznar...) tuvieran hoy una experiencia similar y se afeitasen el “bigote”.

    Desde luego, el mundo sería más justo y habitable.

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  4. No te preocupes, Cordura: he escuchado que se está tramitando una ley para prohibir los bigotes.
    :-)
    Fran

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  5. Me encanta este relato. Muy bien, Fran. Lástima que el pasado no se pueda cambiar, pero ha sido bonito imaginarlo a través de tus palabras.

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