UN SUICIDIO DE MUERTE
El suicida torpe contrató a un asesino tras varios intentos fallidos. El asesino, orgulloso de serle útil, intentó ayudar al suicida, pero era novato y no acertaba con la técnica, por lo que se pusieron de acuerdo para idear un plan entre los dos. De este modo, el suicida conseguiría su ansiado suicidio y el asesino obtendría su primer sueldo.
Lo tenían todo planeado. El asesino salió de casa a la hora fijada y se dirigió al lugar acordado. Se acercó lentamente hacia el suicida con una expresión de furia que resaltaba la fortaleza de sus rasgos faciales e, inconscientemente, le saludó con una amplia sonrisa. Percatándose de su metedura de pata, dio media vuelta y se dirigió apresuradamente hacia su casa, maldiciendo sobre lo acontecido.
Al día siguiente, concretaron una nueva cita para dar cabida al asesinato. Quedaron a las once de la mañana, hora poco concurrida en la ciudad, en el ático más alto que ambos conocían donde accidentalmente el asesino le empujaría; pero éste se resbaló, y el suicida le tuvo que salvar de caer al abismo del rascacielos.
La siguiente cita pretendía ser la definitiva. Decidieron ir a hacer puenting, y allí, el asesino le cortaría la cuerda. Cuando llegaron al lugar y tras un rato de explicación por parte del instructor, se dio cuenta de que se había equivocado al cortar la cuerda, ya que esa pertenecía a la mochila de instrucción que nadie usaría. Era el turno del suicida para saltar.
– ¡Un nuevo intento fallido! –pensó el asesino con frustración
Se encontraba cabizbajo y pensativo cuando observó que… ¡el suicida saltaba al vacío con la cuerda rota! Miró hacia todos los lados desesperado, al momento de ver que una sombra se ocultaba ágilmente tras unos arbustos. El asesino corrió tras él dispuesto a vengar la muerte de su amigo el suicida.
Eva Concepción Herrero
* Eva ha escrito este cuento satírico en el transcurso del I Taller de Escritura Creativa de Universidad 2015.
Este relato me gusta. Lo he leído también varias veces y tiene mucho jugo.
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