Y de nuevo, Chéjov. En este caso, el reportaje es de Luis Magrinyá, que pone el foco en el realismo del autor ruso, tan realista que, en reflejo de la vida misma, abunda en líneas temáticas que a veces no conducen a ninguna parte: una pistola que no se dispara, el hombre que aparece con unos calderos que nadie le ha pedido, una carta certificada sin contenido...
Supongo que algunos lectores -sobre todo los que no han leído a Chéjov- se asombrarán un poco al saber que son tantos los escritores influidos por él. Magrinyá cita a Raymond Carver, Richard Ford, Sherwood Anderson, Ernest Hemingway, John Cheever, Eudora Welty... Pero la lista podría ser interminable.