lunes, 20 de septiembre de 2010

"El plagio creativo", por Enrique Páez

Enrique Páez matiza en este artículo las diferencias entre lo que es un plagio literario y lo que es directamente un robo, y aporta algunos nombres que al parecer hacían esto último (apropiarse de obras ajenas) en la época en que fue escrito y publicado el artículo, en 2001.
(La imagen es una reproducción de la Mona Lisa de Duchamp). 

El plagio creativo
"A todos nos resulta sorprendente ver cómo Esquilo, Sófocles, Eurípides y el resto de los dramaturgos griegos fueron plagiados sin remordimiento por los romanos Terencio y Plauto, y mucho más tarde por Molière. Ese sistema de trabajo (inspirarse en autores previos) no es algo que pertenezca sólo a la antigüedad clásica, porque los remakes de películas, las parodias y las versiones de canciones siguen siendo una de las principales fuentes de inspiración lícita y merecedora de aplausos. E incluso, yendo un poco más allá, la pretensión de no plagiar, de ser radicalmente original, no es sino una declaración de soberbia y de ignorancia. El plagio creativo, entendido como reescritura de una misma historia desde otra óptica y con otras intenciones, constituye una de las herramientas más valiosas y poderosas de la creación artística. El plagio creativo es lo que hizo Picasso con Velázquez, Joyce con Homero, Ray Charles con los Beatles, Martín Gaite con Perrault, Zorrilla con Tirso de Molina, y los guionistas de Pretty woman con La cenicienta.
Si todos los hombres pensaran igual, no haría falta escribir dos veces la misma historia. Pero desde el momento en que una misma realidad pueda ser interpretada de distintas maneras, y todas (o algunas de ellas, al menos) sean válidas, oportunas, o aporten alguna luz a esa realidad, una misma historia se volverá a escribir cuantas veces sea necesario para verla desde todos los ángulos posibles. El cambio del punto de vista o el tono no es una mera cuestión de técnica narrativa, sino de interpretación subjetiva de la historia. Todas las historias son subjetivas. La verdad absoluta no existe.
Al transformar una fábula, recreándola según nuestra propia versión, nos podemos permitir cambiar el final, introducir nuevos personajes, ambientarla en otra época, modificar las intenciones de unos u otros, utilizar otro punto de vista, y hasta meternos nosotros mismos en su interior como un personaje más. Hay un capítulo magnífico en el libro de Gianni Rodari, La gramática de la fantasía, que trata justamente de las "fábulas plagiadas", y muestra paso a paso el proceso de transformación de fábulas (el salto de lo concreto a lo abstracto, para luego regresar de nuevo a lo concreto con la historia transformada). Desde aquí recomiendo su lectura.
Otra cosa muy distinta es el plagio sin más, la falsificación de firmas y la apropiación de una obra. O sea: el robo. Si alguien copia literalmente lo que otro ha escrito, y lo firma con su nombre, no está reconstruyendo literariamente esa historia, sino que la está robando. El plagio a secas, que consiste en transcribir lo que otro ha escrito, sin acotarlo con las comillas preceptivas ni citar la fuente de donde ha sido tomado, tal y como han hecho Ana Rosa Quintana, Luis Racionero o Lucía Echevarría, no tiene nada que ver con la creación literaria, sino con un delito tipificado en el Código Penal, similar al de sustraer una cartera o desvalijar un estanco. Y que no venga la señora Quintana dicendo que lo suyo fue un despiste informático, el señor Racionero con que no le gusta la estética del entrecomillado, o la señorita Echevarría con que ella intertextualiza, porque eso es como tirarse pedos para después apretar el culo". 

Enrique Páez

Publicado en el periódico Metro, La columna, en diciembre de 2001

(Nota: narrativabreve.com es un blog sin ánimo de lucro que trabaja como redifusor de textos literarios, y en señal de buena voluntad indica siempre -que es posible- la fuente de los textos y las imágenes publicados. En cualquier caso, si algún autor o editor quisiera renunciar a la difusión de textos suyos que han sido publicados en este blog, no tiene más que comunicarlo en la siguiente direción: ciconia1@gmail.com). 
 
 

1 comentario:

  1. Bueno yo he tenido para todos los gustos y colores: Plagio a secas, lo que llamamos llanamente "COPIAR Y PEGAR". Por supuesto antes me agredieron, resulta que mis escritos no se podian plagiar, ni roproducir, no se podian tocar, porque estaban registrados con todos los derechos reservados ya que como ser humano que soy tengo derechos y mis escritos pertencian a mi vida. Es posible que mi vida ya estubiera escrita e inventada antes de que yo naciera pero lo dudo mucho. ¡Que falta de respeto tan tremenda señores!, ¡Que falta de sensibilidad! tomar el dolor de otra persona sin ningún tipo de miramientos. Será plagio creativo pero el dolor de una persona y sus lagrimas señores hay que respetarlas y no burlarse de eso ni modificar ni plagiar lo que no admite ningun tipo de modificacion. No somos robots somos seres humanos y aún creo que algo buenos, aunque sea poco seguimos llevando dentro.

    ResponderEliminar

narrativabreve.com agradece tus comentarios.

Nota: el administrador de este blog revisará cada comentario antes de publicarlo para confirmar que no se trata de spam o de publicidad encubierta. Cualquier lector tiene derecho a opinar en libertad, pero narrativabreve.com no publicará comentarios que incluyan insultos.