miércoles, 24 de febrero de 2010

Los intelectuales, según Tzvetan Todorov

Impresionante este fragmento de Todorov, incluido en el subcapítulo "Yerros de los intelectuales", que forma parte de su ensayo El hombre desplazado.
(Por cierto, ¿no hubiera sido mejor traducir “empero” por “sin embargo” y “Yerros” por “Errores” o "Delitos"?).

YERROS DE LOS INTELECTUALES
Si analizamos la historia de nuestro siglo observamos, empero, otra cosa. Durante estos últimos años se ha prestado mucho atención al caso de Heidegger, y al de varios de sus discípulos, quienes apoyaron, antes o durante la II Guerra Mundial, las ideas nazis.  

Evidentemente, no fueron los únicos; antes y después de la guerra un número probablemente superior de intelectuales se entregó en cuerpo y alma a las diversas variantes del marxismo político: estalinismo, trotskismo, maoísmo, castrismo... Si le añadimos a esta lista algunos casos aislados, como el apoyo, por efímero que fuese, prestado por Michel Foucault al régimen de Jomeini, y sumamos las diferentes tendencias, sí representan a una gran parte del conjunto de la intelectualidad europea.
Todorov
El enigma es el siguiente: mientras que los países europeos llevan casi doscientos años comprometidos con el ideal democrático, ideal apoyado por la gran mayoría de sus pueblos, los intelectuales, que constituyen en principio el sector más lúcido, han optado más bien por la defensa de regímenes violentos y tiránicos. Si el voto estuviese reservado únicamente a los intelectuales, viviríamos hoy en día bajo regímenes totalitarios, ¡y ya ni siquiera votaríamos".

1 comentario:

  1. No estoy de acuerdo, señor coordinador. ¿Por qué deberíamos dejar de utilizar "yerros", si es una palabra hermosa de nuestro rico diccionario? ¡Qué manía de empobrecernos! Aquí tienen vuesas mercedes, por ejemplo, nada menos que a un tal don Gonzalo de Berceo. Estamos en la primera mitad del siglo XIII y hemos llegado al riojano monasterio de Yuso. Nos recibe mientras trabaja en esos ingenuos y emocionantes "Milagros de Nuestra Señora". Nos enseña lo que, en un balbuciente castellano, acaba de escribir:
    ------------------------------------
    Madre plena de gracia, perdona esta cosa,
    danos buena respuesta, temprada e sabrosa.
    Madre, repisos [1] somos del yerro que fiziemos;
    erramos duramiente [...]
    ------------------------------
    [1] Repiso (del latín repoensus, participio pasado irregular del supuesto repoenitere. Arrepentido.

    En fin, que bien por el post, pero no por lo de olvidar nuestro "yerro". Entre otras cosas, porque no es lo mismo matar a uno a hierros que a yerros...

    ;-)))

    ResponderEliminar

narrativabreve.com agradece tus comentarios.

Nota: el administrador de este blog revisará cada comentario antes de publicarlo para confirmar que no se trata de spam o de publicidad encubierta. Cualquier lector tiene derecho a opinar en libertad, pero narrativabreve.com no publicará comentarios que incluyan insultos.